Asegúrate de conocer bien los riesgos. Para proteger tu cuerda de escalada, es fundamental ser consciente de los posibles peligros. Aquí te presentamos algunos de los factores que pueden dañarla gravemente.

Radiación UV

La radiación solar tiene un impacto significativo en las cuerdas de escalada, al igual que en la mayoría de los materiales expuestos al sol. La radiación UV provoca la decoloración y acelera el envejecimiento. La exposición prolongada al sol hace que la cuerda pierda elasticidad y se vuelva rígida. Por esta razón, no se debe dejar la cuerda al sol innecesariamente. Es especialmente perjudicial secarla directamente al sol después de haberse mojado por la lluvia o tras un lavado. A menudo, se pueden encontrar cintas y cordinos viejos y descoloridos en reuniones o protecciones intermedias. Deben usarse con precaución.

Humedad

El efecto del agua en una cuerda de escalada no debe subestimarse. Las cuerdas mojadas no solo son más pesadas y difíciles de manejar, sino que también pierden capacidad para absorber energía de forma dinámica. Si la temperatura baja drásticamente y la cuerda húmeda empieza a congelarse, sus reservas de seguridad se reducen considerablemente. Esto es especialmente relevante en escalada en hielo, cuerdas fijas, uso en alta montaña o cruces de glaciares, así como en cambios extremos e inesperados de clima. Las cuerdas impregnadas están mejor preparadas para estas condiciones, ya que son resistentes al agua y soportan la humedad y el frío por más tiempo.

Suciedad

Las cuerdas sucias no solo tienen un aspecto descuidado, sino que también son más difíciles de manejar. Se vuelven rígidas y torpes. Para evitarlo, no deben dejarse en el suelo ni arrastrarse por el piso del rocódromo. Se recomienda el uso de una bolsa para cuerda. La arena y los cristales de granito pueden ser especialmente peligrosos, ya que pueden introducirse en el interior de la cuerda y dañar el alma. Si una cuerda está excepcionalmente sucia, puede que no sea posible limpiarla adecuadamente, incluso tras varios lavados, y deba ser reemplazada. Pruebas realizadas por EDELRID han demostrado que la contaminación con magnesio también es una causa importante, aunque subestimada, de abrasión. Un uso excesivo de magnesio en polvo puede recubrir especialmente el primer metro de la cuerda, reduciendo su resistencia y afectando su rendimiento en las pruebas de carga.

Sustancias químicas

Mantén tu cuerda alejada de productos químicos, especialmente de ácidos fuertes, ya que pueden destruirla. El daño por ácido es especialmente peligroso porque a menudo no es visible a simple vista. La funda puede presentar solo una ligera decoloración, mientras que el alma puede estar completamente dañada. Si una cuerda entra en contacto con ácidos (por ejemplo, ácido de baterías de automóvil), debe ser reemplazada de inmediato. También es importante almacenar y transportar las cuerdas con cuidado, especialmente si se guardan en el maletero del coche o en el garaje, donde pueden estar expuestas a productos químicos corrosivos.

Fricción extrema

La fricción intensa puede generar tanto calor que los filamentos de poliamida de la cuerda comiencen a derretirse. Esto ocurre especialmente cuando dos cuerdas rozan entre sí. Es particularmente peligroso si dos cuerdas pasan por el mismo punto de anclaje, ya que esto puede provocar una caída grave. Además, descender desde una cinta o anillo de cordino en lugar de un anclaje fijo de metal puede ser extremadamente riesgoso. En zonas de escalada populares y en rutas con poca protección, como aquellas donde se utilizan cordinos y cintas en los descuelgues, es recomendable tomar precauciones adicionales. El rápel también genera fricción y puede calentar el dispositivo de aseguramiento considerablemente, lo que no debe subestimarse. Las quemaduras por fricción se reconocen por zonas vidriadas o ennegrecidas en la funda de la cuerda. En estos puntos, la cuerda estará más rígida y con una superficie inusualmente dura.

Aristas de roca afiladas

Las aristas rocosas pueden ser extremadamente peligrosas. Pueden dañar tanto la funda como el alma de la cuerda, hasta el punto de que esta falle por completo en caso de una caída. Una buena gestión de la cuerda es clave para evitar que pase sobre aristas cortantes. Además, la caída de piedras o un golpe mal dirigido con un piolet pueden causar daños graves. En el mejor de los casos, solo la funda resultará afectada, pero en el peor, el alma puede quedar comprometida. Si esto ocurre, la cuerda debe retirarse de inmediato.

Abrasión

La abrasión es uno de los mayores enemigos de una cuerda. El roce continuo con la roca, los mosquetones y los dispositivos de aseguramiento desgasta la funda a lo largo de toda la cuerda. Las fibras individuales de la funda se rompen y la superficie se vuelve más áspera. Como resultado, la funda se adelgaza y la cuerda se torna áspera y peluda. Cuando el alma comienza a ser visible, el final de la vida útil de la cuerda está cerca. Cuanto mayor sea la carga, más rugosa la roca y más afiladas las aristas, más rápido se dañará la funda. La escalada en roca fracturada, arenisca cuarcítica o granito afilado acelera este proceso. Además, el uso frecuente de la cuerda en rápeles y escalada en polea acelera su envejecimiento mucho más que la escalada en cabeza sin caídas constantes.