El Equipo de Protección Individual (EPI) está diseñado para proteger a una persona de uno o más riesgos para su salud o seguridad y es llevado o sostenido por el individuo. El EPI se utiliza en situaciones donde existen peligros para la salud o la vida de una persona. Los peligros pueden incluir la exposición a vapores o humos tóxicos que afectan el sistema respiratorio, ruidos fuertes que impactan la audición, objetos que caen o caídas desde altura. Ejemplos de EPI incluyen dispositivos de protección respiratoria, protección auditiva, pantalones resistentes a cortes, calzado de seguridad, cascos y arneses de escalada. Los dispositivos de seguridad fijos, como redes de seguridad o puntos de anclaje, no se consideran EPI, ya que no son llevados por el individuo. Los artículos clasificados como EPI en la Unión Europea están regulados por el Reglamento (UE) 2016/425.
El equipo de protección contra caídas es una subcategoría de EPI que protege a los individuos de caídas mientras trabajan en alturas.
En contextos comerciales e institucionales, el equipo de protección contra caídas se utiliza en áreas como andamios, techados, trabajos de montaje, así como por unidades especiales de policía, bomberos y equipos de rescate que están expuestos a alturas y profundidades peligrosas en sus actividades profesionales.
El equipo de protección contra caídas también se utiliza en entornos deportivos y recreativos, como gimnasios de escalada, cursos de cuerdas altas y regiones montañosas.
Si el EPI falla, hay un alto riesgo para la vida y la integridad física. En consecuencia, los requisitos para el diseño y la fabricación de EPI son muy estrictos. Estos requisitos se determinan a nivel legislativo por el Reglamento (UE) 2016/425 y la 8ª Ordenanza sobre la Ley de Seguridad de Productos (8ª ProdSG). Para proteger al usuario, es importante no solo cumplir con los requisitos para el EPI nuevo, sino también garantizar su inspección y mantenimiento regulares.
Formación para personas competentes en la inspección y evaluación de equipos de protección contra caídas desde altura
La formación se lleva a cabo de acuerdo con el principio DGUV 312-906, publicado en 2017. Una persona competente, según lo define este principio, es un individuo cualificado de acuerdo con el DGUV 312-906, que posee conocimientos suficientes en el campo del equipo de protección contra caídas desde altura y su uso previsto debido a su formación profesional y experiencia. Esta persona está familiarizada con las normas generales y regulaciones para equipos de protección personal, está informada sobre el estado actual de las normas técnicas reconocidas y las normas relevantes, y tiene conocimientos sobre la aplicación adecuada del equipo. Además, las personas cualificadas según este principio DGUV también cumplen con los requisitos para personas competentes a nivel europeo según la norma EN 365:2004 y pueden demostrar sus cualificaciones como personas competentes a nivel internacional.