Cuando las dificultades
se vuelven divertidas

Bouldering

El boulder implica esfuerzo físico y creatividad en buena compañía

Un deporte versátil para novatos y profesionales por igual.

Los pájaros cantan y suaves rayos de sol se filtran entre las hojas de los robles y los pinos. Sólo dos pasos más y estarás en la cima. Enganchas un agarre lateral y tiras de un saliente. Tu pie izquierdo coloca un gancho de talón. Alcanzas un talud con el pie derecho, llevas la mano izquierda al otro lado, te impulsas hacia arriba y te plantas en una de los cientos de rocas de arenisca diseminadas por el bosque de cuento de hadas de Fontainebleau. A poca distancia de París, ésta es una de las mecas mundiales del boulder y uno de los lugares centrales desde donde se desarrolló este deporte.

El bouldering consiste en escalar paredes de roca a la altura de un salto con gruesas colchonetas que proporcionan un aterrizaje suave en caso de caída. Se trata de resolver un problema, de realizar los movimientos más difíciles, que suelen ser más duros que los de la escalada deportiva.


 

Las presas suelen ser casi imposibles de agarrar. Los problemas no sólo requieren movilidad, fuerza y técnica, sino también creatividad e imaginación. Cuando se practica el boulder, lo que se intenta es traspasar los límites de lo posible, idealmente con un grupo de personas con ideas afines. Al fin y al cabo, el boulder es también un deporte muy social y comunicativo, en el que la gente se ayuda mutuamente, prueba múltiples soluciones, se motiva y se observa. Los escaladores se aseguran de que los demás no se hagan daño si se caen, guiándoles hasta la colchoneta. El boulder es una mezcla genial de darlo todo, ejercitar todo el cuerpo y relajarse con los amigos. Es un deporte que practican no sólo especialistas, sino también escaladores deportivos, alpinistas y atletas recreativos que se inician en la escalada. Por eso no es de extrañar que guste a tanta gente.

    Boulder al aire libre

    Muchos de los que se enamoran del boulder sueñan con enfrentarse a problemas en plena naturaleza, tal vez con vistas a las montañas y sobre el mejor granito. Ya sea en Ticino o Magic Wood (Suiza), el valle de Zillertal (Austria), Albarracín (España), Hueco Tanks (EE. UU.) o Rocklands (Australia), las exigencias, tanto para ti como para tu equipo, son más complejas que en un rocódromo. La elección del lugar, el acceso, el clima, la ropa y la comida/bebida son solo algunos de los aspectos que debes tener en cuenta cuando practicas boulder al aire libre. Tu equipo más importante será un crash pad (colchoneta amortiguadora de caídas) duradero con buenas propiedades de amortiguación. El buen empleo de las colchonetas y, sobre todo, un buen spotting (una buena localización) son claves para evitar que una sesión termine con un tobillo torcido. No es casualidad que los coches rumbo a una jornada de boulder vayan repletos de crash pads.

    Equipo de boulder de EDELRID

    Tipos especiales de boulder: escalada urbana y deep water soloing

    En las áreas urbanas ha aparecido un tipo especial de boulder. El "buildering" o escalada urbana consiste en escalar estructuras artificiales como puentes, edificios u otras formas de arquitectura. Algunas ciudades incluso cuentan con instalaciones diseñadas para ello. Al igual que en el boulder en rocódromos, todo lo que necesitas son unos pies de gato, magnesio, un cepillo y un crash pad (colchoneta) para una caída segura.

    Si te encuentras de vacaciones en la playa, también puedes probar el deep water soloing. Se trata de escalar rocas directamente sobre el mar o un lago. Ponte los pies de gato, quizá una bolsa de magnesio, y ¡listo! Siempre asegúrate de que el agua sea lo suficientemente profunda como para aterrizar de forma segura. Cuando ya no puedas continuar o alcances la cima, simplemente déjate caer al agua. El deep water soloing es conocido por las impresionantes fotos de escaladores bronceados en los acantilados de Mallorca y Tailandia durante el verano.