Las poleas con bloqueador integrado están certificadas bajo las normas EN 12278 y EN 567, diseñadas para izado de cargas y rescates. Estas normativas solo exigen pruebas estáticas. No obstante, las poleas auto-bloqueantes, como la EDELRID SPOC, se usan cada vez más en aseguramiento o como sistema de bloqueo en un punto fijo con cuerdas deslizantes. Este uso plantea riesgos, como daños o, en el peor de los casos, el corte de la cuerda tras una caída. La aceptabilidad de este riesgo depende del nivel de tolerancia del usuario y su capacidad para implementar medidas de mitigación.

Si la cuerda se mantiene constantemente tensa durante el aseguramiento, la polea auto-bloqueante está sometida esencialmente a una carga estática en caso de caída del escalador. Sin embargo, si el asegurador no recoge la cuerda de manera continua o si el escalador se mueve demasiado rápido, se genera holgura delante de la polea, lo que provoca que esta se someta a una carga dinámica durante una caída. Este mismo escenario ocurre cuando se utiliza una cuerda deslizante con una polea auto-bloqueante fijada a un punto fijo como sistema de retención. Si el segundo escalador asciende ligeramente más rápido, se forma holgura delante de la polea, lo que la expone a una carga dinámica en caso de caída.

Cuando se utiliza como bloqueador de cuerda, la norma legal correspondiente establece que, al ser sometida a una carga estática de 4 kN, la polea auto-bloqueante no debe deformarse hasta un punto que limite su funcionalidad ni cortar la cuerda. ¿Cómo debería evaluarse el riesgo de daño a la cuerda en caso de una caída sobre la polea?

 

¿Qué es aceptable?

Las poleas auto-bloqueantes están diseñadas para cargas estáticas. Sin embargo, en situaciones de aseguramiento o cuando están fijadas como tope en un punto fijo, pueden producirse cargas dinámicas que dañen las cuerdas. Por esta razón, las instrucciones de uso no permiten este tipo de aplicaciones. Los productos deben usarse siempre de acuerdo con las especificaciones del fabricante contenidas en el manual de usuario.

Al evaluar el uso para aseguramiento o como tope en un punto fijo, es fundamental considerar el estado de la cuerda que el usuario está dispuesto a aceptar después de una caída. Si el aseguramiento se considera un sistema de emergencia destinado a evitar una caída completa, un revestimiento desgarrado podría ser aceptable. Por el contrario, si las caídas son parte habitual de la actividad deportiva y el equipo está pensado para un uso prolongado, el daño en el revestimiento deja de ser aceptable.

Los siguientes resultados de pruebas están destinados a facilitar la evaluación de los diferentes usos.

 

Método de prueba

Se emplearon dos escenarios de prueba:

  1. Altura de caída de 1 m con una distancia variable entre la cuerda y el punto fijo
    Un saco de arena de 100 kg cae sobre la polea auto-bloqueante SPOC desde una altura de 1 m, aumentando progresivamente la distancia al punto fijo.
  2. Diferentes alturas de caída con un factor de caída constante de 1
    Un saco de arena de 100 kg cae sobre la polea auto-bloqueante SPOC, que está fijada a un punto fijo, desde diferentes alturas de caída, manteniendo un factor de caída constante de 1.

El estado de la cuerda tras la caída fue evaluado, y los resultados se categorizaron con base en descripciones específicas.

Resultados

Figura 1: Variación de la longitud de la cuerda con una altura de caída de 1 m al utilizar una CANARY PRO DRY 8.6 mm certificada según EN 892 y una masa de caída de 100 kg.

Figura 2: Diferentes alturas de caída con un factor de caída de 1 al utilizar una CANARY PRO DRY 8.6 mm certificada según EN 892 y una masa de caída de 100 kg.

 

La cuerda con holgura es más peligrosa si el escalador está cerca de la estación de aseguramiento o si el segundo escalador se acerca al punto fijo mientras la cuerda está deslizándose. A mayor distancia de la estación de aseguramiento, el problema se mitiga con la elongación de la cuerda.

Con una cuerda CANARY PRO DRY 8.6 mm certificada por EN-892 y una masa de caída de 100 kg, una caída desde una altura de 1 m con una longitud de cuerda de menos de 5 m causará un daño leve a la funda. Con una longitud de cuerda de menos de 3 m, la funda se dañará hasta el punto de que se vea el núcleo, y con una longitud de menos de 2 m, tanto la funda como los hilos del núcleo se cortarán. El problema se alivia ligeramente con una masa de caída de 80 kg, pero no se resuelve. Al evaluar la zona cerca de la estación de aseguramiento con un factor de caída de 1, la cuerda puede dañarse hasta el punto de que se vea el núcleo incluso con longitudes de cuerda con holgura de tan solo 0.25 m. Los hilos del núcleo pueden cortarse desde 0.5 m y la cuerda puede romperse completamente con una longitud de 2 m, incluso con una masa de caída de 80 kg.

 

Discusión

Dependiendo de la cuerda y el peso del escalador, las cosas se vuelven peligrosas a una distancia de aproximadamente 3 m desde la estación de aseguramiento si la cuerda entre la polea auto-seguradora y el escalador no se mantiene constantemente tensa. Los factores que influyen en sí y cómo se daña una cuerda en una polea incluyen el tipo y peso de la masa de caída, la cantidad de cuerda y cuerda con holgura, y las propiedades de la cuerda. Los resultados aquí se refieren a un saco de arena de 100 kg. Un escalador más ligero que se balancea y absorbe energía inclinándose ejercerá menos presión sobre la cuerda. Si un escalador cae desde una posición vertical con el cuerpo tenso, esto puede ejercer una cantidad similar de tensión sobre la cuerda que el saco de arena. Cómo la relación entre la longitud de la cuerda y la cuerda con holgura afecta el nivel de tensión sobre la cuerda se puede ver detalladamente en los resultados. Estos se basan en una cuerda CANARY PRO DRY 8.6 mm certificada por EN 892. Las líneas auxiliares con baja elongación agravan significativamente el problema (aunque, de todos modos, no son aptas para este tipo de usos).